HABLANDO DE YATES

Es la cumbre más empinada de riqueza de la elite social y los símbolos de las fortunas más grandes del mundo, llamados palacios flotantes, indispensables de los millonarios y multimillonarios más orgullosos de serlo, los Super, Mega y Gigayacht son la muestra más visible de quién es quién, quién posee qué o quién es rico y quién es verdaderamente rico.

Es fácil saberlo, la respuesta radica en los superlativos: tallas, dimensiones y accesorios.  Quién posee uno, de qué tamaño es, cuántos pisos tiene, con cuánta tripulación dispone, cuántos accesorios como helicópteros o submarinos tiene su mansión en el mar o simplemente resumiéndolo: cuánto cuesta tener uno y cuánto mantenerlo, son algunos de los aspectos que veremos en este apartado.

Sin embargo, cuando vemos uno de estos gigantes, el común de las personas no sabe como llamarlo, esto se debe a que este vocabulario solo es frecuente en ese 1% de la población mundial, conocido como UHNW, siglas de Ultra High Net Worth, individuos que tienen una fortuna mínima de 30 millones de dólares, y que goza sólo 211,955 personas globalmente.  (Cifras basadas en la revista The State of Wealth, Luxury and Yachting, Reporte de CAMPER & NICHOLSONS AND WEALTH X).

CLASIFICACIÓN DE UN YATE POR SUS DIMENSIONES

Para comenzar este glosario, comenzaremos a definir cada categoría, para ello los especialistas del mundo náutico en el mediterráneo llaman FLYBRIDGE o “VEDETTES DE CROISIÈRE SPORTIVES” a los pequeños botes de menos de 18 metros que tienen un puente principal con un espacio habitable debajo o una superficie abierta en la parte superior de la nave, son reconocidos por sus líneas deportivas y elegantes, pero también compactos y fáciles de maniobrar por 1 o 2 personas, también son considerados como los barcos de estilo Mediterráneo y son más adaptados para los viajes cortos de un día.

Con el apelativo de “YATES DE LUXE A MOTOR” se llama a los que miden 19 y 24 metros de largo, son ideales para la diversión de las familias y los grandes grupos, son espaciosos y estables, concebidos para el mayor confort sobre el mar, son habitualmente navegados por una tripulación permanente o estacionaria de 2 a 4 miembros, y están equipados para el entretenimiento y deportes náuticos.

Es solo a partir de los 24 y hasta los 60 metros que podemos hablar de un SUPERYATE, requiere una tripulación permanente, e implican un costo de adquisición elevado y accesorios costosos para el entretenimiento como equipo náutico deportivo, jacuzzis y salas de cine.  Es así que 24 metros es la talla más pequeña que puede tener una nave que participa en el Mónaco Yacht Show, en el mundo del Yachting, el evento más importante de Europa para el negocio de la compra y venta de todo lo relacionado a los Superyacht, a realizarse cada año a finales del mes de septiembre en Montecarlo.

Y como este negocio no para de crecer, tampoco dejan de crecer las tallas de estas naves, llamadas MEGAYACHT a las que alcanzan longitudes superiores a los 60 metros de largo son concebidos para grupos excepcionalmente grandes o de grandes familias, comprenden una tripulación profesional de muchísimos miembros a tiempo completo y cuenta con todos los lujos posibles como piscinas, discotecas, cines, sala de conferencias gimnasios y spas, son construidos para viajes largos de varios días y son capaces de trasladarse de un océano a otro de forma autónoma.  Se pueden encontrar más fácilmente en el Mediterráneo en verano y el Caribe o Golfo Pérsico en invierno.

La última categoría conocida, la más grande y más espectacular los expertos y técnicos más avezados les llaman GYGAYACHt, yates que están por arriba de 105 metros de largo, con uno o dos helipuertos y el doble de lujos posibles e imaginables.  Solo unos cuantos pocos multimillonarios pueden decir que poseen Gygayacht, nave que en muchas legislaciones escapan de la categoría de yates de placer por el número de pasajeros que superan los estándares normales y son considerados como naves de pasajeros.  En la actualidad hay alrededor de 150 Gygayacht unidades navegando en los sitios más extraordinarios y extravagantes del planeta, con fines de placer o comerciales.

¿CUÁNTO CUESTA UN YATE?

Los expertos estiman como una buena base de cálculo aproximada, el un millón de euros por metro de largo, pero este monto puede doblarse para los Super, Mega y Gygayachtes.  Aunque, el costo final raramente es divulgado.

Sin embargo, no hay que destinar el costo anual que conlleva mantener un yate de lujo, que podría fácilmente alcanzar el 10% del valor de compra, solo para cubrir los gastos de mantenimiento, que implican el valor del salario de la tripulación que pueden variar entre 3 a 4 empleados para un Superyate y de 12 a 15 empleados para un Megayate de 60 metros, salarios que pueden variar según la posición de la gente de mar. También se debe considerar el costo que tiene el combustible, que puede ser entre los 300 a 500 litros la hora por consumo de velocidad de crucero para un Megayacht promedio. Otro gasto de importancia considerable radica en el pago de por una marina o muelle, que puede oscilar entre los 1000 a 3000 euros diarios. Para un yate de talla media, lo que se traduce en varios millones de euros al año si se elige una marina de alta gama, como el Muelle de los Millonarios en Antibas, localizada en la Côte d’Azur francesa, con helipuerto y servicios privados de lujo para sus usuarios más exigentes.

¿CUÁL PABELLÓN ESCOGER?

Todos se hacen la misma pregunta, cuál Registro o Bandera escoger.   Son muy pocos los yates que usan el pabellón de la nacionalidad de su propietario, y esto se debe más que todo a criterios múltiples: como la residencia fiscal y la nacionalidad del propietario, de acuerdo con la estructura jurídica que tendrá el yate; las zona geográfica en donde regularmente navegara o el tipo de utilización que tendrá la nave, ya sea de placer o comercial, como un fletamento de lujo por tiempo definido y servicios completos, conocido como Charters, prohibidos en algunas legislaciones; la legislación que se aplicara en el sentido técnico, como certificaciones y registros mixtos, aspectos de seguridad y fiscales, incluyendo todo lo que aplica a la tripulación, tales como normas laborales y de seguridad en el mar.  Todos estos factores entran en juego al momento de que el propietario, el armador o el constructor deben tomar la decisión de escoger el pabellón de un Estado en particular.

Rápidamente depreciables, hasta un 30% pasados los primeros 3 años su entrada al mercado, hay que tener claro que un yate no es una inversión, si no un gasto.  Y que también sufre las crisis del mercado o las tasas de valores.  Sin embargo, mandar a construir un yate a la medida puede tomar muchos años de espera, y en ese periodo de espera muchas fortunas pueden sucumbir, por lo que otros participantes intervienen como las compañías de seguros y los bancos, aunque normalmente, las grandes fortunas se auto financien sus yates.

Finalmente, escoger un Registro seguro y transparente es la clave para garantizar la propiedad de una nave de estas dimensiones y costos, y que es la tendencia moderna, salvo que se pretenda todo lo contrario, como esconder quien es el propietario.

En síntesis, los yates representan riquezas flotantes y son fuentes de riquezas en los lugares que deciden escoger como muelle.  Son verdaderas polos de empleo, servicios, ventas de productos y bienes, perecederos e imperecederos.  Ver un yate como la fortuna de una persona en particular, es no considerar la dicha que representa para un enorme número de personas que trabajan para ellos, desde el mayor constructor hasta el más pequeño,  el diseñador, los ingenieros y los inventores que hacen posible que cada día se nos caiga la quijada de la impresión y decir WOW al ver uno, y Francia ha sabido aprovechar esta oportunidad en celebres muelles como Canes, Niza, Saint Tropez y Antibas, localizados en hermosas ciudades del Mediterráneo.